Un pequeño ha sido entrenado durante meses por su maestro. Se ha vuelto muy obediente y adicto al gallo. Todo lo que puede pensar ahora es que sus agujeros se follen constantemente. Dejado solo por una hora por su dueño, comienza a jugar consigo mismo. Unos cuantos consoladores a su alrededor están listos para llenar su codicioso gatito.