Atado a la silla, el guapo y musculoso semental Torean no tiene ni idea de lo que le espera. Frotando lentamente, oliendo y acercándose al magnífico hombre en la silla, el payaso necesita conseguir lo que quiere. Desnudándolo y tirando y acariciando la deliciosa polla, Torean no puede evitar ponerse duro con el suave juego táctil al que está sometido y le encanta cada momento. Pronto siendo masturbado con más potencia y rapidez, el hombre enmascarado excitado, tonificado, con el pecho peludo pero siempre anónimo lo trabaja con firmeza hasta que enormes chorros de semen brotan de la gruesa y hermosa polla, dejándolo vacío, mojado y cubierto de semen.